El concepto de Internet de las Cosas (IoT), con su dinámica de sensorización y monitoreo de diferentes variables claves, va imponiendo su lógica tanto a nivel de las industrias como en las ciudades inteligentes. Por un lado, este modelo aporta mayores eficiencias en los usos de los equipos e infraestructuras, en los consumos energéticos y en los mantenimientos. Además propicia la automatización de algunas tareas cruciales: con la ayuda de redes de sensores inteligentes que pueden conectarse entre sí a través de sistemas de computación en la Nube, las industrias logran automatizar varios de sus procesos, consiguiendo mayor productividad y eficiencia.
El mercado global de IoT fue valorado en U$S 761 mil millones en 2020 y se estima que superará los 1.4 mil millones de dólares para 2026, con una tasa de crecimiento anual compuesta de 10.5% entre 2021 y 2026, menor que las estimaciones anteriores debido al impacto de COVID-19. El número total de conexiones de IoT alcanzará los 83 mil millones para 2024 (en 2020 informaron 35 mil millones de conexiones), y el sector industrial liderará el camino. Por otro lado, se prevé que los datos generados por dispositivos de IoT crecerán de 17,3 zettabytes (ZB) en 2019 a 73,1 ZB para 2025: las fuentes principales de todos estos datos serán la videovigilancia y la seguridad y las aplicaciones industriales de IoT.
Recopilar y compartir datos
Internet de las Cosas industrial (IoT) hace uso de sensores avanzados equipados con tecnología inalámbrica para recopilar y compartir datos, lo que permite un uso extensivo de la inteligencia digital en diversas industrias. Dota de mayor visibilidad tanto a las operaciones como a los activos involucrados, y de tal manera ayuda a evitar interrupciones -al aportar información en tiempo real, permite anticiparse a eventuales problemas-. Adicionalmente colabora para mejorar la calidad.
Entre los principales casos de uso que se están dando de IoT a nivel industrial figura el mantenimiento predictivo, el seguimiento y la supervisión de activos, la automatización de procesos manuales y la gestión de flotas.
También hay implementaciones orientadas a la mejora de la seguridad y la protección y al uso de la inteligencia de datos para realizar una planificación estratégica. Además los datos de los dispositivos conectados se están utilizando para hacer que el proceso de diseño de los productos sea más ágil y eficiente.
En las ciudades
Por otra parte, la tecnología de la información y las instalaciones de IoT se están integrando con las infraestructuras urbanas, dando como resultado la aparición y el desarrollo del concepto de ciudades inteligentes, en las que se utilizan tecnologías digitales para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, gobernar la infraestructura y gestionar el entorno.
El crecimiento de la población urbana, la necesidad de administrar mejor los recursos naturales limitados y un mayor énfasis en la sostenibilidad ambiental están impulsando la demanda de soluciones de “smart cities”. En tales contextos, los procesos de recopilación, procesamiento e intercambio de datos se utilizan para tomar decisiones (tanto por parte del gobierno de la ciudad, como de los residentes individuales en diferentes niveles).
Para los gobiernos, los municipios y sus ciudadanos, IIoT ayudará a bajar los costos, reducir el desperdicio y mejorar el transporte, la seguridad pública y los niveles de servicio a sus ciudadanos. Estos últimos ya utilizan dispositivos móviles para informar sobre los baches y solicitar servicios, por ejemplo. Por otro lado los edificios inteligentes ajustan automáticamente la temperatura y la iluminación según quién esté en la habitación, lo que reduce la huella de carbono.
La conectividad inalámbrica segura y la tecnología IoT están transformando elementos tradicionales de la vida urbana, como el alumbrado público, en plataformas de iluminación inteligente de próxima generación con capacidades ampliadas. El alcance incluye la integración de la energía solar y la conexión a un sistema de control central basado en la Nube que se conecta a otros activos del ecosistema.
En el futuro, los dispositivos conectados informarán, predecirán, desviarán y ajustarán distintas situaciones antes de que se vuelvan problemáticas. Se espera que este enfoque mejore la eficiencia de los servicios públicos y la calidad del flujo de tráfico, propicie una mayor comodidad y eficiencia del transporte público. También que favorezca el monitoreo centralizado de la operación de todos los servicios de la ciudad, aporte mayor seguridad vial y servicios de transporte oportunos, ayude a reducir el uso de recursos y colabore para cuidar el medio ambiente.
Como se ve, tanto en industrias como a nivel urbano, Internet de las Cosas está llamada a tener un impacto vital. Y todo indica que la transformación apenas se encuentra en sus inicios. Tomar la delantera para utilizar las ventajas de IoT en industrias o en ciudades es posible hoy mismo para poder contar con un ecosistema de información más conectado, para la toma de decisiones de alto impacto.
