Las industrias manufactureras se preparan para experimentar una importante evolución con Internet de las Cosas Industrial (IIoT), un nuevo paradigma que promete convertir sistemas tradicionalmente lineales, en dinámicos e interconectados. De hecho ya lo está haciendo con aplicaciones concretas como rastreo logístico, tracking de activos y monitoreo de máquinas, entre otros.
Se espera que la nueva generación de tecnología de comunicaciones 5G –con su latencia ultrabaja y su mayor velocidad de trasmisión de datos- ofrezca el impulso final para este nuevo paradigma y habilite nuevos casos de uso. También la computación en la Nube y la informática de borde (edge computing), debidamente combinadas, cumplirán un rol clave en el despegue. La Nube aportará su gran potencia informática, la disponibilidad de sistemas bajo demanda y sus enormes capacidades de almacenamiento de datos. Y edge computing brindará capacidades de procesamiento (y también de almacenamiento y análisis básicos) en el borde de la red, cerca de los sitios donde se recolecten los datos, “con latencia casi nula, menor exposición de datos y mayor capacidad de recuperación”.
El futuro para estas soluciones parece promisorio. Un estudio estimó que el mercado de IIoT crecerá desde casi U$S 69 mil millones en 2019 a U$S 98,2 mil millones en 2024.
En adelante se espera que IIoT ofrezca mayor visibilidad de los activos y operaciones de producción, capacidades de mantenimiento predictivo, mejora en la calidad de los productos (gracias al monitoreo continuo a lo largo del ciclo de construcción, concretado a través de sensores ambientales) y la posibilidad de gestionar y optimizar la cadena de suministro (mediante el monitoreo de eventos y seguimiento de activos e inventarios). IIoT también hará posible que los fabricantes creen gemelos digitales, esto es, réplicas virtuales de los dispositivos o productos físicos, lo que les permitirá ejecutar simulaciones y detectar fallas antes de cada lanzamiento.
Visibilidad y monitoreo
IIoT automatiza, ajusta y agiliza el proceso de fabricación y proporciona información en tiempo real a los fabricantes. Aporta eficiencia, capacidades de supervisión y seguridad a las operaciones. Ayuda a incrementar la productividad y brinda ventajas operativas. Para efectuar todos estos aportes emplea dispositivos y tecnologías como redes, sensores precisos, RFID, cámaras, balizas inteligentes, sistemas de control avanzados y tecnologías de reconocimiento de ubicación, entre otras herramientas. En su conjunto estas soluciones permiten pensar en una “fábrica completamente conectada donde la información y los comandos operativos se pueden enviar directamente a proveedores, fabricantes y distribuidores”.
Pero, ¿dónde se halla el potencial transformador clave de IIoT de cara a la industria? En su capacidad para redefinir la forma en que las máquinas interactúan entre sí y con otros objetos e infraestructuras para producir datos, que luego se procesarán y analizarán mediante soluciones de big data, analítica e inteligencia artificial (IA). De esta manera aporta información significativa sobre cómo avanzan las operaciones y habilita a tomar decisiones con mayor rapidez y precisión.
Nuevo paradigma
El nuevo paradigma que se vislumbra “reducirá el tiempo de inactividad de las máquinas, facilitará el seguimiento y control de mercaderías (con sensores de IoT en productos y embalajes) y proporcionará alertas basadas en condiciones específicas”.
Además de las aplicaciones ya señaladas, IIoT tendrá especial injerencia en la gestión de instalaciones, monitoreo del flujo de producción, gestión del inventario, logística y automatización industrial. También se utilizará en ámbitos como la robótica inteligente, vehículos autónomos, gestión de energía, ciudades inteligentes y monitoreo de agricultura y ganado.
Naturalmente este paradigma no estará exento de desafíos, vinculados especialmente a temas de conectividad y ciberseguridad -ya que cada nuevo dispositivo o componente que se conecte a IIoT puede incrementar la vulnerabilidad-, entre otras cuestiones.
De cualquier forma no se trata de obsesionarse con las nuevas tecnologías de forma aislada, sino de pensar en el valor empresarial que pueden generar. Lo primero será comenzar con una visión clara, y recién después considerar las tecnologías que se requerirán para promover esa visión y las capacidades (a nivel de arquitectura de IIoT) que respaldarán la transformación.
