Hace algunos años que se viene haciendo foco en lo ambiental, en general con fuertes campañas sobre el calentamiento global y el ahorro de energía.
Desde que nos encontramos en el contexto de la pandemia, algunos parámetros ambientales vienen mejorando sustancialmente. Podríamos decir que la reducción de la movilidad y de algunas industrias, ayudó a mejorar las emisiones en números significativos. ¿Pero cuáles fueron esos parámetros de la calidad de los ambientes? ¿Tenemos conocimiento de lo que sucede dentro de los espacios, sobre todo cuando el flujo de personas es mayor?
Medir la calidad del aire interior, a través de diferentes sensores como detectores de gases o material particulado, nos permite dar un mantenimiento más saludable y sostenible dentro de los espacios laborales y del hogar, y mejorar la eficiencia energética optimizando la renovación del aire en función de la información obtenida.
A partir del conocimiento de lo que sucede, podemos proponer mejoras. Entonces, podemos decir que, si empezamos a entender cómo es el comportamiento dentro de los espacios, podemos proponer algunas soluciones de automatización que mejoren el confort de los habitantes de esos lugares. Por ejemplo, en las horas pico de flujo de personas, evitar la concentración de partículas manteniendo los espacios ventilados, obteniendo beneficios en el cuidado de la salud y manteniendo la calidad de uso de los ambientes.
